Protege tu ojos de los rayos UV

Con la llegada del buen tiempo, el aumento de las horas de sol y los días despejados se incrementan los rayos de llegan desde nuestro astro rey. Pero, ¿cómo de importante es este aumento de los rayos UV en nuestros ojos? Mucho más de lo puedes llegar a creer. Por ese motivo vamos a hablar de cuáles son los daños que podemos sufrir en nuestros ojos, de la obligación de cuidarlos para mantener nuestra visión toda nuestra vida y elegir las gafas de sol que mejor se nos adapten.

¿Qué son los rayos UV?

La luz solar está compuesta por radiaciones electromagnéticas. Cada una de ellas tiene sus propias características (longitud de onda, frecuencia y energía) que hace que algunas de ellas sean perjudiciales para nuestros ojos, provocando disfunciones que hemos de conocer para poder contrarrestarlos.

Un haz de luz se divide en dos, la parte invisible (ultravioleta e infrarrojo) y la visible. El espectro de la luz ultravioleta es la más energética y la más perjudicial para nuestros ojos. Por otro lado, la luz visible que percibe nuestra retina y transforma en información para nuestro cerebro es menos energética y su potencial para ser dañina es muy inferior.

Hemos de tener en consideración que la luz ultravioleta (UV) se divide en:

  • UV-C: es el más energético y del que estamos protegidos por la capa de ozono.
  • UV-B: queda filtrado parcialmente por la atmosfera y el que nos llega provoca un daño acumulativo a largo plazo.
  • UV-A: responsable de la estimulación de la melanina, de broncearnos y, aunque no quemen, provocan daños más profundos que los UV-B.

A continuación os detallamos los efectos nocivos más habituales de los rayos UV:

  • Cataratas: siendo la primera causa de ceguera reversible del mundo, las cataratas precoces están directamente vinculadas a la exposición a los UV durante los primeros años de vida.
  • Degeneración macular asociada a la edad (DMAE): siendo la primera causa ceguera irreversible en occidente para mayores de 65 años, uno de sus principales factores de riesgo es la sobrexposición a los rayos UV.
  • Pterigium: es un crecimiento desmedido de la córnea y la conjuntiva que provoca sensación de cuerpo extraño, irritación ocular y hasta opacificación corneal.

¿Cómo podemos prevenirlo?

Sabiendo del riesgo de los rayos UV, hay que elegir bien la gafa de sol más adecuada para proteger nuestros ojos. Aunque muchas de las gafas de sol que se venden en el mercado cuentan con la etiqueta de filtro UV, esto no es sinónimo de seguridad y calidad. Debemos valorar el tipo de filtro de absorción (del 0 al 4) de las lentes, relacionado directamente con la cantidad de intensidad lumínica que deja pasar la lente, y el material y diseño de las lentes. Si elegimos unas lentes inadecuadas, además de impedirnos tener una visión clara y eficiente, estaremos dañando nuestros ojos.

Protegernos nos ayudará a conservar una buena visión y reducirá el riesgo de padecer enfermedades irreversibles, que puedan afectarnos en nuestra vida cotidiana. Para ello lo mejor es dejarse asesorar por un profesional y escoger las gafas de sol que mejor se adapten a nuestro estilo de vida y con las mayores garantías para la protección de nuestros ojos.


Si tienes alguna duda acércate a cualquiera de nuestros centros.

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